Mort

Muerte necesita un asistente y Mortimer, en su aparente ineptitud para cualquier tarea práctica, es el candidato perfecto. Las cosas se complican cuando el amor se entromete.

Mort es el tercer libro que leo del sensacional e inigualable Terry Pratchett. Es probable que en esta entrada no logre precisar qué es lo que lo hace único, no en el sentido del cliché en el que se supone que todos los autores son únicos, sino en el sentido más literal y exacto concebible: nadie vivo ha escrito ni habrá de escribir como él. Seguramente lo volveré a intentar en la sección Fake Fan del blog, pero de todos modos, he aquí el intento.

En una de las primeras páginas de esta novela, cuando está describiendo al personaje, el narrador afirma que Mortimer era una de esas personas más peligrosas que una bolsa llena de serpientes: el tipo de persona que está decidida a descubrir la lógica que subyace al funcionamiento del universo. Un par de páginas antes ha dicho también que es el tipo de persona cuya alegre inutilidad pronto aprenden a temer las personas serias.

En estos dos rasgos creo que Sir Terry se parecía mucho a su personaje: Dedicó toda su vida a asuntos generalmente considerados inútiles, sin importancia o de plano inexistentes, como el arte de contar historias y la fantasía. Su genialidad radica justamente en haber subvertido los papeles de lo real y lo fantástico, lo lógico y lo absurdo, lo obvio y lo descabellado, demostrando que una historia funciona perfectamente de esta manera sin perder su verosimilitud y su resonancia.

Esto pone en evidencia una idea que las personas serias e importantes, los dueños del mundo y de La Verdad, temen con toda la dimensión de sus tripas: Que lo lógico no es tan obvio ni el sentido común es la única manera posible de ver las cosas; y que, en consecuencia, lo absurdo y lo fantástico son mucho más lógicos, habituales y significativos en la experiencia humana de lo que cualquier academia estaría dispuesta a admitir más allá de un incómodo susurro.

Esta novela se presta de manera inmejorable para llevarnos a carcajadas a las reflexiones fundamentales sobre la existencia, la irrisoria estrechez del sentido común y la sabiduría que encierra nuestra irracionalidad, mientras Muerte se enamora de la incoherencia humana y Mort aprende el oficio de poner fin a la vida… tropezándose con el amor, que, como reza una etimología inventada pero no por ello menos contundente, es una de las más poderosas negaciones de la mortalidad.

800 1132 El Puente de Octarina
Privacy Preferences

When you visit our website, it may store information through your browser from specific services, usually in the form of cookies. Here you can change your Privacy preferences. It is worth noting that blocking some types of cookies may impact your experience on our website and the services we are able to offer.

For performance and security reasons we use Cloudflare
required
Our website uses cookies, mainly from 3rd party services. Define your Privacy Preferences and/or agree to our use of cookies.