Inicialmente hablaré sólo de juegos de rol (los de antes, los de siempre, los auténticos: los “de mesa” – tabletop RPGs), pero en honor al siempre juguetón y burlón dios Murphy, no descarto la posibilidad de hablar de otros. Sin embargo, para no jugar con los sentimientos de los gamers, debo aclarar que esa posibilidad tiende a cero, al menos en este universo. Lo siento: los juegos de rol mataron en mí el gusto por los de video. Tampoco es que vaya a hablar de un juego de rol distinto cada vez, (tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo) sino que probablemente profundizaré en los ocho que he estado explorando recientemente y que se robaron mi corazón.